La pandemia que aún vivimos está afectando al comercio minorista de dos modos muy concretos: por un lado, ha acelerado la incorporación de tecnología que se preveía implementar en los próximos 2-4 años; por otro, el fin del Estado de Alarma -que supuso una frenada en seco de la afluencia de consumidores a las tiendas físicas- implica un retorno masivo y de clientela que -quizás- vuelva con unas demandas algo diferentes.

Respecto a la incorporación de tecnologías, no son pocos los comercios que se han decidido a dar el salto a lo online: creando su propia tienda virtual (sobre Shopify o utilizando Woocommerce en WordPress), haciendo uso de las redes sociales (Facebook o Instagram, por ejemplo), estableciéndose en un marketplace como el de Amazon o, incluso, combinando varias de las acciones anteriores. Desde luego, también ha habido implementaciones tecnológicas más modestas, aunque no por ello menos efectivas: desde quienes han habilitado la recepción de pedidos vía WhatsApp, a los que han incorporado Google Keep para mejorar las tareas de organización interna, pasando por quienes han dejado de utilizar el teléfono para reservar citas y emplean Appoinlet para que sea la clientela la que lo haga directamente capturando con sus móviles un código QR.

Por lo que a la vuelta masiva de clientela se refiere, también la tecnología hace acto de presencia y contribuye a ese deseo compartido de “que todo vuelva a ser como antes”: acciones de marketing digital en redes sociales (promociones en Facebook), aplicaciones capaces de guiar a nuestros compradores hasta la misma puerta del establecimiento (Google My Business), o envíos masivos de emails con noticias, ofertas o promociones de nuestros artículos (desde Mailchimp, por ejemplo).

Pero, realmente, ¿todo es como antes? Me temo que no, aunque ello no necesariamente signifique que sea peor. Es posible que el consumidor sea el elemento que más ha cambiado en la ecuación durante este tiempo: es más exigente, lo consulta todo por Internet antes de lanzare a comprar, quiere vivir una experiencia única con cada adquisición y, por si fuera poco, nos evalúa inmediatamente después y comparte su opinión ¡con el mundo entero! En estos casos, también la tecnología puede jugar a nuestro favor: un CRM que registre todos los contactos que establecemos con él (Dolibarr te permite hacerlo gratuitamente), un chatbot que conteste automáticamente a las dudas más frecuentes que le surjan (por ejemplo, WhatsApp Business con sus respuestas automatizadas) o unos medios que faciliten el pago de sus compras de la manera que les resulte más cómoda (Bizum para comercios).

No olvides que la mejora de tu comercio, su adaptación los nuevos tiempos y su supervivencia misma pueden depender de tu firme compromiso por su transformación digital.

FORMACIÓN ONLINE: Claves para la digitalización del comercio minorista.

Si quieres profundizar en estos y otros aspectos que afectan de lleno al comercio minorista, no dudes en inscribirte en el curso online gratuito: Claves para la digitalización del comercio minorista. Durante 4 semanas accederás a un compendio de conocimientos sobre su inexcusable proceso de digitalización. Inscríbete y acelera tu transformación digital.